Él: ¿Cuál es tu propósito de vivir si pasas la mitad de tu vida llorando?
Ella: ¿no te has puesto a pensar porque lloro tanto?
Él: debe ser porque no tienes vida
Ella: tú me la as quitado
Él: y porque sigues aquí
Ella: porque tuve la más mínima esperanza que me la regresaras